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La situación educativa de la niñez en Paraguay

Cada etapa del desarrollo humano es importante porque en cada una de ellas se va formando la persona. El periodo de la niñez es una de esas etapas fundamentales donde los niños exploran, descubren, desarrollan habilidades y destrezas sociales.

Paraguay tuvo importantes avances en cuanto a las normativas referidas a la primera infancia y la niñez, tal es el caso del Plan Nacional de Desarrollo Integral de la Primera Infancia 2011-2020sin embargo, existen diversos factores que influyen en las posibilidades educativas de la niñez en Paraguay.

Uno de ellos refiere a la condición de pobreza en la cual se encuentra esta población. Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares - EPH (2020), la población total en Paraguay corresponde a 7.167.516 habitantes, de los cuales 1.926.108 son niños y niñas entre 0 a 13 años de edad, lo que representa el 27% de la población total.

De la población de niñas y niños, el 37% reside en hogares en condición de pobreza: el 6% se encuentra en pobreza extrema y 31% en pobreza no extrema. Al considerar la situación de pobreza según sexo, en la Tabla 1 se puede observar el alto porcentaje de niños y niñas que reside en hogares pobres asistiendo a instituciones del sector oficial, así como el elevado porcentaje de pobreza extrema en la zona rural.

 

 

La situación de pobreza es un elemento que debe tenerse en cuenta al abordarse el derecho a la educación, ya que tal como lo indica el Informe de Factores Asociados del TERCE, “el índice del nivel socioeconómico predice el aprendizaje de los estudiantes en todos los países, disciplinas y grados evaluados” (UNESCO, 2015, citado por Juntos por la Educación[1], 2019). 

En cuanto al acceso a la educación, la tasa específica de escolarización para el pre-jardín (3 años)[2]ha venido en aumento, alcanzando en el 2016 un 9% mientras que la tasa para el jardín (4 años) ha alcanzado un 41% (MEC-DGPE. SIEC, 2015).

En referencia a la tasa neta de escolarización en el preescolar (5 años [3], la misma alcanzó su pico máximo en el 2008 con un 75% y ha venido disminuyendo, siendo para el 2015 del 60% (MEC-DGPE. SIEC, 2015). El ingreso oportuno al preescolar es importante para que a partir de ahí, se pueda garantizar una trayectoria educativa a lo largo de los siguientes años, sin interrupciones (UNICEF e Investigación para el Desarrollo, 2015).

La EPH 2020 recoge las razones de no asistencia de la población de 5 años, donde el mayor motivo obedece a “No tiene la edad adecuada” con un 59%, los motivos tales como “No existe institución cercana” o “Institución no ofrece escolaridad completa”, “Razones familiares” no tienen representatividad ya que los casos son muy pocos.

La matrícula para el nivel inicial muestra un leve incremento desde el 2012 al 2015, siendo de un total de 169.956 personas, donde 83.384 corresponde niñas y 86.572 a niños (Gráfica 1). Este incremento puede deberse a los aumentos en los niveles Jardín Maternal y Jardín de Infantes.

La desagregación de este indicador por área y sector, evidencia que es menor la matriculación en el área rural y para las niñas, y que el sector oficial es el que cuenta con mayor matriculación, pero donde nuevamente la matriculación es menor para las niñas (Tabla 2). Estas situaciones siguen evidenciando desigualdades en el acceso por ser niño o niña.

La educación en esta etapa no solo se llega a garantizar con el hecho de tener la gratuidad en la educación inicial o realizar esfuerzos para que más instituciones educativas impartan estos niveles, sino que existen otros condicionantes tales como: la situación socioeconómica de las familias, el aspecto cultural sobre la inserción temprana a la escuela, entre otros.

(…) es posible que persistan percepciones de las familias en relación con una vida más doméstica de los niños y niñas. Por ello, pueden percibir a sus hijos e hijas como muy pequeños a la edad en que se establece el inicio de la escolaridad, pueden suponerlo muy difícil para ellos, o no sienten la confianza de dejar a sus hijos e hijas en una institución durante la jornada de clase (UNICEF, Investigación para el Desarrollo, 2015, pág., 27)

La Encuesta Permanente de Hogares del año 2020 nos dice que 18.415 niños y niñas de 12 a 14 años no están escolarizados. Esta situación es alarmante porque delata que a pesar de los esfuerzos normativos no se puede garantizar este derecho a todos.

Otro elemento importante de análisis refiere a la repitencia y la sobreedad como indicadores que podrían estar desencadenando la deserción del sistema educativo. En el nivel de la Educación Escolar Básica (1er y 2do ciclo) la tasa de repitencia es mayor en los niños que en las niñas (3,4%% frente a 2,0%), en la zona rural frente a la urbana (3,5% frente a 2,0%) y en las instituciones que imparten la educación en el sector oficial llegando a un 3,2%[4].

La deserción es mayor en la zona rural (4,2%) frente a la urbana (2%); en las instituciones que imparten educación oficial (3,3%) y es mayor en los varones (3,1%) frente a las mujeres (2,7%). Es importante indicar que no es el niño quien abandona, sino que es la escuela la que no acoge al niño, es decir, es la institución educativa la que debe garantizar la permanencia de los niños (DGPE-MEC, 2016).

En el contexto actual de la pandemia Covid-19 estamos viviendo una situación de aislamiento social, lo que ha llevado al cierre de las escuelas para todo este año 2020, por lo cual los niños y niñas debieron adaptarse de un día para otro a una educación virtual. Sin embargo, un elemento básico para el desarrollo de esta educación es el acceso a internet. Según los datos de la EPH (2019) el 100% de los niños de 5 a 13 años que se encuentran en situación de pobreza extrema no tiene acceso a internet en sus hogares, mientras que este porcentaje alcanza al 97% de la población que se encuentra en pobreza. La brecha digital se acrecienta por la condición de pobreza, lo que impide el acceso a la educación en igualdad de condiciones.

Los niños y niñas del Paraguay tienen derecho a acceder a una educación de calidad, en igualdad de condiciones, independientemente del tipo de gestión impartida en las instituciones educativas (públicas, privadas o subvencionadas); del área de residencia (urbana o rural); de la raza, del status económico de las familias (pobre o no pobre); del sexo, entre otros (Juntos por la Educación, 2019).

Considerando todos estos elementos, se deben buscar los mecanismos adecuados para trabajar con todos los actores de la comunidad educativa sobre la importancia de la educación de la niñez y así garantizar este bien público respondiendo a las necesidades y particularidades que existen en esta etapa de desarrollo.

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Artículo elaborado por Andrea M. Wehrle Martínez para el Observatorio Educativo Ciudadano (Julio, 2020)

 

Bibliografía

Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 2019. Fernando de la Mora.

Juntos por la Educación. (2019). Financiamiento público de la educación en el Paraguay: Notas para el debate y construcción de políticas públicas. Asunción.

UNICEF; Investigación para el Desarrollo. (2015). Estudio de barreras y estrategias para la inclusión educativa en el Distrito Teniente 1° Manuel Irala Fernández. Asunción.

 

[1] Juntos por la Educación. (2019). Financiamiento público de la educación en el Paraguay: Notas para el debate y construcción de políticas públicas. 

[2] Es el cociente entre los alumnos por edad simple matriculados en cualquier grado de algún programa educativo, con la población total de esa misma edad.

[3] Es el cociente entre la matrícula total de un determinado nivel o ciclo de enseñanza (teniendo en consideración la edad oficial) y la población de ese mismo año que, según las normas oficiales nacionales, debería estar inscripta en ese nivel.

[4] Disponible en: https://observatorio.org.py/indicadores/indicador/144; https://observatorio.org.py/indicadores/indicador/145; https://observatorio.org.py/indicadores/indicador/146