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Infraestructura escolar en Paraguay (I)

Siempre que inicia un nuevo año lectivo se renuevan las esperanzas de lograr una educación de calidad y se espera, que al menos, las condiciones mínimas para ello estén dadas. Sin lugar a dudas, el año lectivo 2020 arrancó con todas las esperanzas puestas para que nuestros niños, niñas y adolescentes puedan aprender en un entorno escolar que les pudiese brindar todas las condiciones para ello, sin embargo, la situación de emergencia sanitaria ha generado el cierre de las instituciones educativas y confinado la educación dentro del entorno escolar.

Una problemática que debiera ser analizada y mejorada, sobre todo en este contexto donde la educación se realiza desde el hogar, refiere a la situación de infraestructura escolar en la cual se encuentran las instituciones a nivel nacional. Este podría ser un buen momento para analizar la situación e implementar acciones necesarias para la generación de un entorno escolar que permita una educación de calidad, para cuando nuestros alumnos retornen a la escuela.

En un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo-BID y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe-UNESCO (Duarte, et al., 2017), se plantea la importancia que tiene, en el rendimiento y el bienestar de los alumnos, el contar con una infraestructura escolar adecuada. Tomando como base de datos el TERCE, se obtuvo información sobre la presencia o ausencia de elementos que configuran lo que se conoce como infraestructura escolar, visualizándolo desde 3 ejes: suficiencia, equidad y efectividad. Si bien el estudio plantea la disponibilidad de los espacios, una limitación obedece a que no se puede ahondar en la calidad y la percepción que los actores tienen sobre estos espacios.

Por otra parte, el documento plantea una re-conceptualización de lo que conocemos como infraestructura escolar, entendiéndola desde una visión de “ambientes de aprendizaje” donde “… transcurren las interacciones y dinámicas entre los estudiantes, los docentes, los contenidos pedagógicos y los recursos y tecnologías que generan finalmente lo que se entiende como “educación” (OCDE, 2013 citado por BID-UNESCO, 2017, p. 7).

Las condiciones de infraestructura escolar en Paraguay, según este estudio, no son suficientes, es decir, no se logra un nivel mínimo de bienestar para que toda la comunidad educativa pueda concentrarse en los aprendizajes. Teniendo en cuenta el criterio de suficiencia que interpela sobre las condiciones mínimas de infraestructura para la asistencia a clases, Paraguay en varias dimensiones se encuentra por debajo del mínimo, en comparación también con otros países de Latinoamérica.  

El Gráfico 1 muestra el porcentaje de alumnos del 3er grado que asiste a escuelas con infraestructura según cada una de las categorías. En relación a servicios de agua y saneamiento, tan solo el 27% de alumnos asiste a escuelas con desagüe o alcantarillado, mientras que la asistencia de alumnos a escuelas que cuentan con recolección de basura alcanza un 49%; en temas de conexión a servicios, solo 23% de los estudiantes asiste a instituciones que cuentan con conexión a internet, elemento que toma importancia al hablar del uso de las nuevas tecnologías; por último, en cuanto a áreas de oficina, es bajo el porcentaje de alumnos (49%) que asisten a escuelas que cuentan con oficinas adicionales  (secretarías, administración, etc.), además de un 22% que asiste a instituciones que cuentan con sala de reuniones y solo un 6% que asiste a escuelas que cuentan con enfermería.

Gráfico 1: Porcentaje de estudiantes que asiste a escuelas con infraestructura suficiente TERCE 2013, tercer grado

Fuente: Elaboración propia en base al estudio

Por otra parte, el grafico 2 presenta la situación de Paraguay en relación a espacios pedagógicos-académicos, espacios de usos múltiples y equipamiento necesario para el aula. Es alarmante observar los bajos porcentajes obtenidos en estos ejes. Si hoy se plantea que la enseñanza debe ir más allá del aula y del propio docente que enseña, es decir, la escuela como un espacio donde los alumnos puedan interactuar y desarrollar destrezas y habilidades, los datos reflejan que estamos lejos de alcanzar condiciones mínimas.

Se plantea la importancia de la lectura en la educación, pero solo el 58% de alumnos asiste a escuelas que cuentan con bibliotecas; se apela a programas que generen aprendizajes a través de la ciencia, pero solo un 7% de los alumnos asiste a instituciones con laboratorio de ciencias; se busca despertar en el alumno otras habilidades, pero tan solo el 26% de alumnos cuenta con sala de computación y un 6% cuenta con sala de músicas y/o artes en sus instituciones. Así también, es escasa la disponibilidad en las instituciones de espacios para usos múltiples, gimnasio (3%) y auditorios (14%). En relación al equipamiento necesario para el aula, solo 4 de cada 10 alumnos cuentan con mesas (45%) y 6 de cada 10 (66%) con sillas; por su parte, los docentes están prácticamente en la misma situación que los alumnos. 

Gráfico 2: Porcentaje de estudiantes que asiste a escuelas con infraestructura suficiente TERCE 2013, tercer grado

Fuente: Elaboración propia en base al estudio

De esta manera, los hallazgos evidencian que nuestros niños y nuestros docentes están asistiendo a instituciones educativas con infraestructura escolar insuficiente, lo que podría estar repercutiendo en los procesos educativos, por lo que si queremos apuntar a una educación de calidad este componente debe ser atendido.

Tenemos que poder, por otra parte, profundizar en el análisis, entendiendo que la infraestructura escolar va más allá de tener las construcciones, y tal como nos interpela el documento pensar en la importancia que tiene para la educación éstos “ambientes de aprendizaje”. Necesitamos avanzar hacia nuevos elementos que nos permitan incorporar la mirada de ambientes de aprendizaje, pero ¿cómo damos ese salto si aún no podemos garantizar una infraestructura escolar mínima?

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Artículo elaborado por Andrea M. Wehrle Martínez para el Observatorio Educativo Ciudadano (Junio, 2020)

 

Bibliografía

Quentin Wodon, Banco Mundial. (2017). Infraestructura escolar en Paraguay: necesidades, inversiones y costos.