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Participación de la familia: clave en la tarea educativa

La educación no solo se desarrolla en el ámbito de la escuela, es decir, en esa relación alumno-docente, sino que diversos estudios demuestran el efecto de variables de contexto o factores asociados en el rendimiento académico. UNESCO (2016) plantea el concepto de “calidad educativa” desde una mirada multidimensional, donde el logro del aprendizaje se conjuga con diversos elementos que hacen a la educación.  

 

Un factor importante, y al que se refiere, guarda relación con el rol que tiene la familia, como comunidad educativa organizada, en la educación, sobre todo cuando se asocia con el rendimiento escolar. Para contextualizar, Paraguay, a nivel regional, es uno de los países que tiene los niveles más bajos de aprendizaje en las pruebas realizadas. Los resultados del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE), indican que el país está por debajo del promedio en todas las áreas evaluadas. El porcentaje de alumnos que alcanzan los niveles más altos (nivel III y IV) en comunicación, es tan solo de 23% para el tercer grado y 16% para el sexto grado; mientras que en matemática el porcentaje para el tercer grado llega solo al 16% y para el sexto grado al 6% (UNESCO, 2016 citado por MEC, 2018).   

 

 

 

Gráfico 1. TERCE (2013) - 3er grado - Lectura - Niveles de desempeño*Fuente: UNESCO - LLECE - TERCE (2015)

*Ver resultados de las demás pruebas en la sección de indicadores de calidad https://www.observatorio.org.py/indicadores/categorias

Así también, en la evaluación censal 2015 del Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo (SNEPE), realizada a alumnos de 3er, 6to y 9no grado de la Educación Escolar Básica (EEB) y alumnos del 3ro de la Educación Media (EM) en Paraguay, los resultados evidencian que a medida que avanzan los años de estudio, el bajo rendimiento se amplía. En el tercer grado, 8% de los alumnos se encontraban en el nivel de desempaño más alto (nivel IV), mientras que, en tercer curso de la educación media, el desempeño baja a 6% (MEC, 2015 citado en MEC, 2018).

Varios estudios señalan los efectos positivos que genera una buena relación familia-escuela. La evaluación censal 2015 SNEPE, cuya finalidad es determinar las competencias básicas del alumnado y analizar las variables de proceso y contexto escolar sobre el rendimiento académico, da cuenta de que cuanto mayor es la participación de la familia en los procesos escolares, cuando existe una mayor comunicación familia e institución y cuando las familias tienen mayores expectativas escolares para con sus hijos, los resultados académicos tienden a ser mayores. Si esta vinculación se da además desde tempranas edades, el efecto es mayor (MEC, 2018).

En el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE) también se evidencia que el rendimiento escolar mejora cuando existe una vinculación más estrecha entre la familia – hijos – escuela. En este estudio se comparan los niveles alcanzados por diferentes países, que, si bien varían, todos muestran en mayor o menor medida una mejora. Se plantea que el involucramiento de la familia en los procesos educativos está condicionado por los propios intereses, es decir, el nivel educativo alcanzado por la familia; por las expectativas, cual es el nivel máximo que esperan lleguen sus hijos y por las posibilidades, relacionadas con el nivel socioeconómico (UNESCO, 2016).  

Si los miembros de una familia han podido concluir al menos la educación básica o culminado sus estudios secundarios, generan mayor expectativa para que sus hijos logren un nivel alto de estudio, propiciando así prácticas que apoyan el estudio y motivan al estudiante, tales como, acompañamiento en la realización de las tareas, dedicación de tiempo para el estudio en el hogar, hábitos de lectura (UNESCO, 2016). Sin embargo, quienes se ven afectados en este punto son aquellas familias cuyos niveles socioeconómicos no son suficientes para garantizar esta educación, ya que en ocasiones deben dejar de llevar a sus hijos a la escuela para que puedan realizar labores y aportar a la economía familiar.  

… “los docentes opinan que la situación socioeconómica de los/as estudiantes influye negativamente en el aprendizaje, y que éste depende mucho del ambiente que les rodea, principalmente de la familia” (CIIE, 2015 citado por MEC, 2015, p. 17).

Fomentar la importancia de la educación para con las familias es fundamental para que las mismas no repliquen lo que vivieron, es decir, en ocasiones la permanencia de los hijos en la escuela está dada por el propio nivel educativo que alcanzaron los miembros de esa familia.

Ahora bien, ciertamente no se puede solo pensar en que si la familia apuesta por una educación para sus hijos, ella pueda ser garantizada como tal. Los contextos en los que se encuentran éstas, imposibilitan muchas veces la educación como un derecho de todos, por las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran (situación económica precaria, contextos rurales, etc.)  

En este sentido, las políticas educativas de atención a dichos sectores y la acción de la escuela parecen requerir ser pensadas en articulación a otras políticas sociales. “Considerar lo aprendido de las escuelas    efectivas e incidir fuertemente sobre directivos y docentes en darles argumentos claros para encarar a las familias, estimular su participación, estigmatizarlas menos y cambiar la culpa por la responsabilidad conjunta de los bajos resultados académicos de sus hijos” (CIIE, 2015, citado por MEC, 2015, p. 17).

La familia, como comunidad educativa organizada a través de las Asociaciones de Cooperadoras Escolares (ACEs), deben involucrarse dentro de los procesos educativos y ser partícipes de los cambios necesarios. Estas instancias, reconocidas por el Ministerio de Educación y Ciencias, deben velar por la enseñanza de sus hijos y deben buscar, en conjunto con la escuela, los mejores mecanismos para facilitar el involucramiento del entorno familiar, con las características que cada una de las familias pueda presentar. Éstas deben ser colaboradoras en los procesos educativos, exigir mejoras en el aprendizaje, pero sobre todo involucrarse en estos procesos.

La medida de nuestra exigencia, tiene que ser la medida de nuestra participación.

 

 

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Artículo elaborado por: Andrea M. Wehrle Martinez para el Observatorio Educativo Ciudadano (2019)

Bibliografía

Ministerio de Educación y Ciencias. (2018). Análisis de factores asociados al rendimiento académico de estudiantes de finales de ciclo. Asunción.

Ministerio de Educación y Ciencias. (2018). Educación en Paraguay. Hallazgos de la experiencia en PISA para el Desarrollo. Resumen Ejecutivo. Asunción.

Ministerio de Educación y Cultura. (2015). Factores asociados al aprendizaje: Caracterización de variables del estudiante y de la escuela, en dos instituciones educativas oficiales en contexto de vulnerabilidad. Asunción.

UNESCO. (2016). Informe de Resultados TERCE. Factores asociados. Santiago.